viernes, 22 de mayo de 2015

MÉTODO DALCROZE

Émile-Jacques Dalcroze, pedagogo y compositor suizo, no estaba a favor de la ejercitación mecánica del aprendizaje de la música por lo que ideó una serie de actividades para la educación del oído y para el desarrollo de la percepción del ritmo a través del movimiento. Este método se trata de marcar el compás con los brazos y dar pasos de acuerdo con el valor de las notas, mientras el maestro improvisa en el piano.

Este autor llega a una conclusión: el cuerpo humano por su capacidad para el movimiento rítmico, traduce el ritmo en movimiento y de esta manera puede identificarse con los sonidos musicales y experimentarlos intrínsecamente. A través de este método podemos conseguir que los alumnos/as realicen los acentos, pausas, aceleraciones, crescendos, contrastes rítmicos…

Para el autor, la rítmica es una disciplina muscular; pero no se trata de “gimnasia rítmica”, sino de una formación musical de base que permita la adquisición de todos los elementos de la música. 
Pretende, igualmente, la percepción del sentido auditivo y la posterior expresión corporal de los percibido (el ritmo de cualquier canción escuchada es traducido por su cuerpo en gestos y movimientos).

Es un método bastante interesante para realizar en el aula con los alumnos/as, ya que se trabaja la música a través del propio cuerpo y moviéndonos por el espacio. Este es un aspecto bastante importante en educación infantil para trabajar la lateralidad con los niños y niñas.

No podemos olvidarnos de los principios básicos del método, que son: todo ritmo es movimiento; todo movimiento es material; todo movimiento tiene necesidad de espacio y tiempo; los movimientos de los niños son físicos e inconscientes; la experiencia física es la que forma la conciencia; la regulación de los movimientos desarrolla la mentalidad rítmica.

Es importante decir que es un método basado en la improvisación donde los niños caminan libremente, y entonces comienza el piano a tocar una marcha suave y lenta, sin advertirles nada, los alumnos adaptan poco a poco su marcha al compás de la música. Así va introduciendo los valores de las notas (las figuras):
  • Las negras para marchar.
  • Las corcheas para correr.
  • La corchea con puntillo y semicorchea para saltar.

Se pueden desarrollar ejercicios apropiados para la orientación espacial. Un ejemplo de lo dicho sería realizar marchas en círculo hacia derecha e izquierda levantando y bajando los brazos a la voz de “hop”.





Otra actividad podría centrarse en hacer sentir los matices. Ejemplo: el profesor toca una música suave y los niños andan de puntillas (siempre en círculos), y cuando la música es fuerte y marcada, marchan marcando fuertemente el paso.

El silencio se hará sentir relacionándolo con la interrupción de las marchas con ausencia de sonido.

Aunque la metodología Dalcroze está estructurada para los diferentes niveles educativos, se centra más en la educación infantil. Por este motivo, sería interesante ponerlo en práctica con los alumnos/as en el aula, como es el ejemplo de esta clase de infantil:

Realizado por: Patricia Rubio Rey.

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